Duelo: Capitulo II - Los ecos del pasado

El pasado no se queda en silencio cuando nos marchamos, los recuerdos nos gritan por dentro, convirtiendo cada paso en una batalla solitaria que pocos ven. El guerrero aprende que no es posible silenciar los recuerdos, él debe encontrar la fuerza para seguir caminando, incluso cuando todo dentro de sí pide volver atrás.

Reyin

9/10/20251 min read

Las noches eran largas y silenciosas, pero en la mente del guerrero nunca había verdadero descanso. Cada paso que daba lo alejaba del templo, pero no de los recuerdos. Cuando el viento susurraba entre los árboles, él oía una voz que conocía demasiado bien, no era real, lo sabía, pero aun así respondía.

El pasado no lo dejaba ir tan fácilmente, a veces, sentía que caminaba junto a una sombra invisible, una presencia que no podía tocar, pero que lo acompañaba en cada sendero.

En la quietud de la noche, hablaba con ella, le preguntaba si todo había sido un sueño, si alguna vez encontraría paz, pero la sombra nunca respondía, solo se desvanecía cuando intentaba aferrarse a ella.

Los recuerdos eran trampas, algunos lo envolvían con calidez, con imágenes de risas y momentos compartidos, haciéndole dudar si realmente había tomado la decisión correcta.

Otros, en cambio, eran dagas afiladas que le recordaban lo que tuvo y lo que perdió para siempre, se sentía vacío.

En su camino, encontró un lago de aguas quietas, se arrodilló frente a él y miró su reflejo, no era el mismo hombre que había sido dentro del templo, había cambiado, pero en su mirada aún quedaban rastros de lo que perdió. Entonces, por primera vez, pronunció su nombre en voz alta, lo dejó ir en el viento, y por un instante, sintió que la sombra también lo dejaba ir a él.

El guerrero entendió que no podía destruir el pasado, pero podía aprender a vivir con él, sería maestro, y con esa certeza, retomó su camino, con los ecos del ayer sonando cada vez más lejos.